S01-ÉTICAS Y POLÍTICAS EN LA PRODUCCIÓN Y DIFUSIÓN DE LA ETNOGRAFÍA
Coordinación:
- Jordi Roca Girona, Universitat Rovira i Virgili- ITA
- Elena Freire Paz, Universidade de Santiago de Compostela- Agantro
Contacto:
- jordi.roca @ urv.cat
- elena.freire @ usc.es
Propuesta de líneas de investigación y reflexión
El simposio que se presenta parte, en términos generales, de las siguientes cuestiones:
- ¿Es posible hacer etnografía en las actuales condiciones de “producción” del conocimiento?
- ¿Qué “deserciones”, “innovaciones” y “preservaciones” del viejo paradigma etnográfico son posibles, necesarias o admisibles?
- ¿Cómo transmitir y difundir la producción etnográfica?
- ¿Cuáles son las implicaciones políticas, éticas y epistemológicas de las respuestas a las preguntas anteriores?
Se hace, pues, hace una llamada a la presentación de trabajos que supongan un (re)planteamiento del quehacer etnográfico en las actuales circunstancias de la sociedad de producción del conocimiento global, haciendo especial hincapié en las implicaciones éticas y políticas de la producción y difusión del conocimiento etnográfico. A título, simplemente, indicativo se sugieren comunicaciones que aborden cuestiones como:
- Condiciones de realización del trabajo etnográfico hoy —en solitario, en equipo, en colaboración, otras— y sus implicaciones epistemológicas, éticas y políticas.
- Las relaciones, siempre plurales, entre quien asume las tareas de la investigación así como las derivadas de la propia realización del trabajo de campo; entre otras: negociar el acceso, el consentimiento informado, establecer y mantener relaciones de reciprocidad y/o colaboración, así como la posible segmentación del trabajo, su seguimiento coordinado y el ensamblaje final.
- Posibilidades, formas y fórmulas de estancia en el campo, con su (im) posible delimitación en los tradicionales y nuevos sentidos que ello pueda tener.
- Autoría compartida y participación de “informantes”: dimensiones éticas y políticas resultantes.
- Nuevas y viejas fuentes de datos, recursos y técnicas de información.
- Patrones y modelos para la presentación del trabajo etnográfico. Explorar los territorios, a ambos lados, del JCR.
La etnografía es un elemento del llamado triángulo antropológico (Pujadas, Comas y Roca, 2010). Al margen de su centralidad como característica relevante y distintiva del quehacer antropológico, con el término etnografía se hace alusión, también, tanto al conjunto de técnicas que constituyen el proceso como a lo que llamamos etnografía como producto.
Definiciones como la de Conklin, subrayan el hecho de que la etnografía “requiere un largo período de estudio íntimo y de residencia en una comunidad pequeña bien determinada, el conocimiento de la lengua hablada y la utilización de un amplio abanico de técnicas de observación, incluyendo largos contactos cara a cara con los miembros del grupo local, participación en algunas de las actividades de este grupo y un mayor énfasis en el trabajo intensivo con los informadores que en la utilización de datos documentales o de encuesta” (1988: 153)
Por su parte, la de Hammersley y Atkinson es formulada “simplemente (como) un método de investigación social, aunque sea de un tipo poco común, puesto que trabaja con una amplia gama de fuentes de información, (en la que) el etnógrafo, o la etnógrafa, participa, abiertamente o de manera encubierta, de la vida cotidiana de personas durante un tiempo relativamente extenso, viendo lo que pasa, escuchando lo que se dice, preguntando cosas; o sea, recogiendo todo tipo de datos accesibles para poder arrojar luz sobre los temas que él o ella han elegido estudiar” (1994: 15). Como ha señalado Ferrándiz, existe una coincidencia en torno a la idea de que la etnografía exige la presencia del investigador en el campo (2011: 13).
Si comparamos las dos definiciones referenciadas, observamos cierta coincidencia en señalar como necesaria esta presencia no puntual, sino consistente, —en un caso se la caracteriza como larga y, en el otro, como relativamente extensa— de la investigadora o investigador — siempre en singular— en el campo; presencia que implica una participación directa en la vida de las personas y una relación cara a cara con ellas. Dicha comparación nos ofrece también matices y diferencias entre ambas. Así, en tanto que la definición más clásica habla de una comunidad pequeña y de un grupo asociado a ella, derivándose implícitamente que ambos son los objetos/sujetos de estudio de la etnografía, la de Hammersley y Atkinson alude de un modo vago a personas que se relacionan con los temas objeto de interés del sujeto investigador. De igual modo, si bien en ambos casos se alude a la utilización de un registro diverso de datos, en el primero se privilegian explícitamente las fuentes orales, mientras que en el segundo la naturaleza de los datos se subordina, en cierto modo, a los objetivos de la investigación. Los matices y diferencias entre ambas definiciones, gestadas en períodos históricos distintos, están relacionados, a buen seguro, con las transformaciones de lo global y lo local.
Aun así, a finales del siglo pasado, diversos autores todavía daban cuenta de que el trabajo de campo etnográfico permanecía ajeno a una revisión profunda (Comaroff y Comaroff, 1992), de tal forma que el lugar, el dónde de la etnografía, se había naturalizado y pasado a formar parte del sentido común del quehacer antropológico y, por lo tanto, había sido ignorado como problema metodológico (Ferguson y Gupta, 1997).
La superación de la etnografía de carácter localista y de los estudios de comunidad clásicos, pasó por el desarrollo, hace unas décadas, hacia etnografías de orientación temática, permitiendo concretar en un nivel local y, por tanto, aprehensible, el análisis de cuestiones y procesos de carácter general, incluyendo elementos que no podrían ser explicados sin referencias a la globalidad como marco conceptual; al mismo tiempo, sería a través de esas unidades microscópicas de observación como garantizaríamos el mejor acceso a su comprensión (Roca, 2010). La investigación, entonces, se basa en el mantenimiento de una actitud de retroalimentación dialéctica entre ambos niveles. Este tipo de etnografía ha supuesto una transición hacia la etnografía multi-situada (Marcus, 1995), una práctica menos marcada por el fieldwork, concebido como una estancia de larga duración en un solo lugar de escala reducida, y en la que aparece la deslocalización de la etnografía, incorporando a la observación participante y las entrevistas el análisis de producción bibliográfica, información mediatizada, discurso político, informes económicos, tecnológicos e industriales, tendencias de moda, datos sobre consumo, producción artística, uso social de tecnologías o análisis de nuevos movimientos emergentes, entre otros inputs informativos (Roca, 2010: 265). Para su denominación surgieron entonces un sinfín de denominaciones para marcar posibles cambios en el paradigma etnográfico, tales como: polifónico, participativo, colaborativo, radical, crítico, etc.
La epistemología que fundamenta esta nueva perspectiva metodológica tiende a polarizarse sobre dicotomías integradoras como las que refieren lo local frente a lo global o la vida cotidiana versus el sistema, superando la tendencia clásica al localismo y al particularismo. Sin embargo, la construcción de los objetos de estudio resulta, generalmente, más compleja por lo que requiere de la cooperación de especialistas de diferentes disciplinas.
Como destaca Marcus: “La etnografía de una formación cultural dentro del sistema mundial es también una etnografía del sistema y, por tanto, no puede ser entendida solo en términos de una puesta en escena localizada convencional, propia de una investigación etnográfica” (1995: 99). Así, “la etnografía hoy debe asumir que el comportamiento y la experiencia humanos son muy variables y localmente específicos, sin perder de vista, no obstante, los distintos niveles relevantes del contexto en los que esto sucede, ya sean regionales, nacionales o globales, coloniales o poscoloniales” (Ferrándiz, 2011: 14).
Por otra parte, como señala Reygadas (2014: 94), aunque los “otros” han estado presentes en la historia de la etnografía y han desempeñado un papel fundamental en la producción del conocimiento antropológico, lo que ha ido cambiando, en la transición entre un modelo colonial, que sobrevalora el conocimiento del científico hacia modelos de mayor o menor igualdad gnoseológica (antropología militante, antropología posmoderna, epistemologías del Sur..), es la división del trabajo entre la/el etnógrafa/o y los sujetos de estudio, las relaciones de poder establecidas y el valor diferencial que se asigna a los respectivos saberes.
Además, y por último, la nueva forma hegemónica de producción y difusión de conocimiento científico implica cada vez más el desarrollo de la investigación en equipo, en el marco de proyectos competitivos financiados y temporalmente (de)limitados, así como la publicación, al margen del excluido formato libro, de los resultados en revistas indexadas y con métricas con índices de impacto.
Idioma: español
Bibliografía citada
- COMAROFF & COMAROFF (1992). La etnografía y la imaginación histórica. Boulder: Westview Press.
- CONKLIN (1988). “Etnografía” en Llobera, La Antropología como Ciencia. Barcelona: Anagrama; pp. 153-163.
- FERGUSON & GUPTA (1997). “The field as site, method, and location in anthropology” en Gupta & Ferguson (Eds.), Anthropological locations. Boundaries and grounds of a field science. Berkeley, University of California Press; pp. 1-46.
- FERRÁNDIZ (2011). Etnografías contemporáneas. Barcelona: Anthropos. HAMMERSLEY & ATKINSON: (1994). Etnografía. Barcelona: Paidós.
- MARCUS (1995). “Ethnography in/of the world system: The Emergence of multi-sited ethnography” en Annual Review of Anthropology, 24; pp. 95-117.
- PUJADAS, COMAS & ROCA (2010). Etnografía. Barcelona, UOC.
- REYGADAS (2014). “Todos somos etnógrafos. Igualdad y poder en la construcción del conocimiento antropologico” en Oehmichen (ed.) La etnografia y el trabajo de campo en las ciències sociales. México, UNAM-IIA; pp. 91-118.
- ROCA GIRONA (2010a). “Las etnografías de orientación temática” en Pujadas, Comas & Roca, Etnografía. Barcelona: UOC; pp. 255-270