S26 – Los retos éticos y políticos de la Antropología en la Academia
Coordina:
- María Valdés, UAB-ICA
- Miquel Ruiz, UVEG-AVA
Contactos:
- Maria.Valdes@uab.cat
- Miquel.Ruiz@uv.es
Uno de los pilares fundamentales sobre los que se asienta la estructura de ASAEE son los departamentos universitarios, aglutinados en la Comisión Académica. Las universidades han jugado un papel crucial en la institucionalización de la disciplina en nuestro país: han vertebrado la investigación antropológica y han garantizado la formación de futuros antropólogos y antropólogas, un colectivo cada vez más numeroso que deberá hacer frente, en su desarrollo profesional, a los mismos retos ético-políticos que encara la disciplina.
En comparación con otras disciplinas de las Ciencias Sociales, la Antropología ha tenido un tímido proceso de implantación en la Academia española. Dicho proceso se inició en los 70 con la introducción de algunas asignaturas de Antropología en otros estudios superiores, mejoró débilmente en los 80 con la consolidación de la especialidad de Antropología en algunas universidades y dio un salto cualitativo en los 90 con la conversión en un título de licenciatura, eso sí, una licenciatura de Segundo Ciclo: sólo dos años de formación (ciclo corto) frente a los cuatro o cinco años (ciclo largo) que recibían los titulados de otras Ciencias Sociales.
La debilidad de la presencia de la Antropología en el ámbito académico repercutía también en el ámbito profesional. Una formación de sólo dos años dejaba muy poco espacio a la capacitación profesional de los/as titulados/as. Apenas podía garantizarse en ese lapso una serie de conocimientos generales sobre contenidos teóricos y metodológicos, no habiendo lugar para la formación orientada a la práctica profesional. Por otro lado, el hecho de que buena parte de los/las estudiantes que se matriculaban en la licenciatura tuviesen ya una diplomatura (enfermería, trabajo social, educación social, magisterio) y, en su mayoría, fuesen profesionales de otras disciplinas, no contribuía a aumentar la presencia de profesionales de la Antropología en el mercado laboral.
En los años 2000 el proceso de adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) constituyó un contexto de crisis que convertimos en oportunidad. Nuestras autoridades académicas habían planeado la conversión automática de las licenciaturas de sólo Segundo Ciclo en másteres, lo cual condenaba a la Antropología a desaparecer del nivel de grado y quedar confinada en ofertas de posgrado que permitiesen una especialización a partir de formaciones en otras disciplinas de las Ciencias Sociales.
Desde junio de 2003, una red de representantes de las universidades en las que se impartía la Licenciatura en Antropología Social y Cultural (la CEGA: Comisión Estatal del Grado en Antropología) comenzó a trabajar por la consecución de un grado de Antropología en el nuevo mapa de títulos universitarios derivado de la adaptación al EEES. Desde su creación, la CEGA funcionó celebrando reuniones periódicas, trabajó intensamente en la elaboración de documentos, impulsó algunas acciones reivindicativas y realizó contactos políticos y académicos siempre en la línea de garantizar la mejor adaptación posible de la oferta formativa de Antropología al EEES. Recientemente, tras la disolución de la FAEE y su sustitución por ASAEE, la CEGA se ha constituido en la Comisión Académica.
En la actualidad el Grado en Antropología Social y Cultural se imparte en once universidades del Estado español. Transcurridos tres lustros desde la creación de la CEGA y una década desde el inicio de los nuevos grados de Antropología, creemos que este simposio puede ofrecer la oportunidad de hacer un balance del trabajo realizado y una reflexión conjunta sobre los retos que debemos afrontar en el futuro desde la universidad, tanto en el plano formativo como en la organización de la investigación.