S17. NUEVAS Y VIEJAS FRONTERAS EN LAS RELACIONES SOCIO-AMBIENTALES. PERSPECTIVAS DESDE LA ANTROPOLOGÍA AMBIENTAL
Coordinación:
David Florido del Corral
Red de Antropología Ambiental
Asociación Andaluza de Antropología
Departamento Antropología social. Universidad de Sevilla
dflorido @ us.es
Raquel de la Cruz Modino
Red de Antropología Ambiental
Asociación Iberoamericana de Antropólogos en Red
Departamento de Sociología y Antropología. Universidad de La Laguna
rmodino @ ull.edu.es
Este simposio se inscribe en el marco de la Red de Antropología Ambiental, instituida en 2014, durante el XIII Congreso de la Federación de Asociaciones de Antropología del Estado Español (hoy, ASAEE). Con esta propuesta nos proponemos consolidar las aportaciones que en el ámbito de los estudios socio-ambientales se vienen generando dentro de este espacio. A nivel disciplinar, en las últimas décadas se ha producido en la Antropología una revaloración de los temas ligados a la problemática sociedad-ambiente (Durand, 2002). De hecho, la Antropología Ambiental un campo de estudio en vías de consolidación, aunque con planteamientos, metodologías y objetivos cada vez más transdisciplinares y diversos. Dado este contexto, recoger los resultados de esta apertura en este ecosistema académico es un primer objetivo de esta propuesta de simposio.
Partimos de una proliferación de líneas de análisis acerca de las relaciones dentro de ecosistemas, de permanentes desplazamientos de los límites entre lo que convencionalmente se ha dado en llamar naturaleza y cultura en la tradición occidental moderna. Cada vez más intensamente, sin embargo, la supuesta autonomía de la esfera de naturaleza, entendida convencionalmente objetiva y como objeto, viene siendo transformada y parece que hecha a imagen y semejanza de la lógica cultural que la produce ¿existe una naturaleza característica de las variedades del capitalismo? En el contexto del denominado capitaloceno, ¿cuál es la materialidad de ese entorno que ya no se analiza en la Antropología como un espacio externo, una esfera o dominio separado y separable de la acción humana? (Haraway, 2016)
Por una parte, entre las líneas de trabajo que se vienen sucediendo en las distintas generaciones de Ecología Política –Arturo Escobar habla, en 2010, de hasta tres generaciones-, podemos destacar las herramientas políticas que se ponen en marcha para recomponer esas interacciones (políticas conservacionistas), en muchas de las cuales persiste los dualismos sujeto/objeto; sociedad/naturaleza; ingeniería científica/sistemas socio-ecológicos. Pero simultáneamente a la proliferación de análisis en este campo, se suceden las antropologías que se inscriben en y pretenden rescatar proyectos transformativos que se aspiran a construir otras lógicas de interacción y otros modos de vida.
Así, por una parte, avanzan la manipulación genética, el biopoder –especialmente en cuerpos racializados y sexuados-, la ecologización de los discursos y las prácticas políticas (Katz, 1998), al mismo tiempo que el capitaloceno o la plastifera son algunas categorías que expresan el modelo de dominio tecno-científico y estatal-corporativo sobre los socio-ecosistemas, facilitando de expropiación y explotación rentabilista de seres vivos y servicios ecosistémicos. Se trata de una praxis que, paradójicamente, se fundamenta en una dualización naturo-cultural que tiende a ser difuminada y desplazada mediante su desenvolvimiento, de modo que en las formas de hacer y pensar nuestros cuerpos, entornos, alimentos, objetos…, desplazan y traspasan, externa e internamente, las fronteras desde la que se instauran esas prácticas a partir de distintos procesos políticos.
Por otra parte, la antropología también atiende a conocer las acciones y respuestas desde sociedades locales. Sistemas de prácticas y significaciones, culturalmente codificadas, mediante las que distintos modos de vivir han ido inscribiéndose en el decurso de la historia de las conexiones en la culturaleza. Reivindicar los lugares sobre los que, y desde los que se hace esta antropología, reclamar su espacio en la historia y su decisiva contribución a la pluralidad ecológica y cultural –ambas solidarias- es también objeto de esta propuesta. No se trata sólo de incidir en los debates epistemológicos posestructuralistas y deconstruccionistas, sino de avanzar hacia la rehabilitación de ontologías de mundos culturales de aquí y de allí, a partir de la frontera que constituye siempre quien hace y relata la antropología. En este mismo eje, reclamamos trabajos con vocación de aplicabilidad: que se enmarquen en procesos de transformación, de reivindicación, de innovación institucional, de democratización cultural (entendida en términos de apertura de nuevas vías de pensamiento y acción y mecanismos de comprensión mutua). Aproximaciones que denuncien violentaciones culturales diversas, que expongan los retos y logros del feminismo con perspectiva ecológica, así como la necesidad de reequilibrar la relación asimétrica entre expertos y no expertos y reclamen justicia ambiental.
En definitiva, hacemos una propuesta transversal en la que serán especialmente bienvenidas aproximaciones metodológicas plurales e innovadoras, sobre distintas temáticas: las políticas de conservación mediante la aplicación de figuras de protección, y las contradicciones y diálogos de saberes y lógicas que suelen conformar; la recuperación de conocimientos vernáculos que han contribuido históricamente a la resiliencia de los socio-ecosistemas de los que forman parte; las derivas del cambio climático, tanto en su papel de retórica legitimadora de políticas neoliberales que van a alterar la ecología política de energías y otros bienes naturales básicos, como en su papel transformador y desorganizador de sistemas socio-ecológicos, produciendo nuevas formas de exclusión y de apropiación por parte de grandes corporaciones y estados dominantes en el marco geopolítico mundial; la ecologización como gubernamentalidad, en sentido foucaltiano, generando contradicciones, ganadores y perdedores, fomentando el amalgamamiento de discurso neoliberal hipercapitalista y justificaciones medioambientalistas de políticas de transformación paisajística, en entornos tanto rurales como urbanos; la conversión de la naturaleza en mercancía (sean nuestros cuerpos, los animales, los paisajes, los saberes imbricados en socio-ecosistemas, etc.); los análisis de movimientos feministas para reescribir y aportar modelos de cocreación de nuevos mundos naturoculturales; o iniciativas reivindicativas frente a programas de desarrollo convencional.
Sirva esta breve relación como una mera indicación de posibilidades. Queremos concluir que Naturaleza, Poder y Cultura, entendidas como unidades de análisis imbricadas, han de ser pensadas de modo distinto al habitual, atravesando las fronteras conceptuales que las sueles demarcar.
Idiomas:
El simposio acepta propuestas en portugués y en castellano.
Bibliografía
Durand, L. (2022) La relación ambiente-cultura en antropología: recuento y perspectivas. Nueva Antropología, vol. XVIII, 61, septiembre.
Escobar, A. (2010). Ecologías políticas postconstructivistas. Revista Sustentabilidades, 2: 02-15.
Haraway, D. (2016). Antropoceno, capitaloceno, plantationoceno, chthuluceno: fazendo parentes. ClimaCom, 3, 139-148.
Katz, C. (1998) Whose nature, whose culture? Private production of space and the «preservation» of nature. In B.Braun and N. Castree (eds.) Remaking Reality: Nature at the Millenium. Routledge, London, 46 -63.